sábado, 23 de octubre de 2021

Presentación

Tiroteos en una escuela de Colorado o de la provincia de Buenos Aires; en una oficinal postal de Oklahoma; en una sucursal de una firma multinacional en Honolulu; en un restaurante en San Diego o en Bogotá; ataques con armas blancas en un centro comercial en Tokio o en el centro de Madrid, y el mundo es testigo de otro súbito y “aparente” relámpago violento homicida. Usualmente, los periodistas llegan antes que las ambulancias, y en algunos casos, antes que la propia policía, y comienzan su trabajo, de entrevistas a vecinos, amigos o familiares del asesino, sus amigos o familiares, e, invariablemente, ellos dicen algo así como: “Él/ella sólo explotó”. Padres o hijos/as que asesinan a toda su familia; empleados que asesinan en sus lugares de trabajo a sus compañeros o superiores; estudiantes que lo llevan a cabo en sus escuelas; líderes pseudo espirituales que ordenan matar. ¿Qué les pasa a estas personas? ¿Cuáles son sus “motivos”? Y siempre la misma pregunta: ¿Por qué?


Asesinos de masas (mass murderers) e itinerantes (spree killers); dentro de ambas tipologías, los deleznables o “desesperados” asesinos de familia; los asesinos en lugares de trabajo; los recientemente famosos -aunque datan  de cierto tiempo atrás-, asesinos en establecimientos de enseñanza y los  asesinos líderes de sectas o cultos destructivos. Todo un espectro tan inesperado como macabro de sucesos mundiales devastadores tratado en forma concreta y concisa, con un lenguaje claro y sin tecnicismos, para comprobar que el horror siempre estuvo presente, en unos países más que en otros, en unas épocas más que en otras. ¿Estará ínsito en la naturaleza humana? ¿Será cierto que por medio de las películas o consumiendo con voracidad los casos policiales sublimamos nuestro “lado oscuro”? El autor intenta hallar algunas respuestas; el lector, cualquiera sea su nivel profesional o educativo, podrá deducir por sí, las propias.